9:17 sonó el estruendoso pitido que anunciaba el cierre de puertas del tren, miré el reloj comprometidamente, levanté tímida y sigilosa la mirada y me crucé con la tuya, estabas ahí y clavabas tus ojos en mi cual puñales en la espalda, no la retirarías, bajé la mía, respiré hondo y la subí desafiante esta vez, en un momento tu sabías lo que yo pensaba y yo sabía lo que tu pensabas, un vano recuerdo pasajero en mi mente... aquella cabaña, las copas testigos de la noche desenfrenada de sexo, lujuria, del placer más allá del resto de las mirada, recordé cada supiro, cada palabra.... y ahora simplemente estaba atrapada en tu mirada.
jueves, 12 de junio de 2014
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