Leía esas páginas de aquél libro que me ensimismaba, no podía dejar de pensar en aquellas mujeres de esas épocas encajadas en sus vestidos con sus apretados corsets y que trabajaban en los castillos, palacetes y tierras... mi ceño fruncido no podía imaginarme a mi misma recibiendo órdenes de un hombre por muy superior a mi fuese, entones me imaginé como esa cortesana libre que vagaba por praderas, sonreí.
Ha pasado algún tiempo desde que decidistes por voluntad propia deshacerte del papel que un día la madre naturaleza te concedió, eso sí también fuiste mismamente libre para decidir que esos seres llegasen, después de mis metódicos e instructivos encuentros con J mi amigo psicólogo, empiezo a entender que para ti el hecho de la paternidad es como para mi comprarme aquél jersey que nunca me puse ya que cuando llegue a casa y después de haber tirado el ticket de compra me dí cuenta de que me venía grande y claro no me gusta la idea, ahora entiendo que para ti las responsabilidades de la paternidad han provocado una recesión, ciertas crisis de identidad e incluso dudas existenciales, pero no pasa nada "amigo" porque otra cosa que la madre naturaleza sabe es que cuando uno de los dos miembros es débil el otro es el triple de fuerte para poder sujetar ese carro de la vida.
Hasta que llegué a este punto de asumir la realidad muchas fueron las noches en las que me pregunté qué hice yo o que no hice, obviamente ahora me doy cuenta de que el primer error fue confiar en alguien que no era yo, que ilusa fui por dios!.... en todo este tiempo de soledad a medias y de desconfianza me he propuesto muchas metas, las he ido consiguiendo poco a poco, con constancia, con mucho trabajo y empeño entonces al reflexionar esto me doy cuenta de que estas tres cualidades son exactamente las que te faltaron en su dia pero también como dice J que he tenido que aprender a asumir que nadie va a hacer lo que yo quiero ni va a actuar como yo quiero, aprendí que ciertas cosas pasan por algo en la vida y que lógicamente algunas veces yo le pedía peras a un olmo y evidentemente eso nunca va a suceder, asi eres tu, un olmo que ansió las peras del peral que estaba al lado y que cuando las tuvo se dio cuenta de que el era olmo y no quería cuidar peras, no obstante yo te doy las gracias por mis peras, yo si fui peral porque quise y asi me siento, cuido mis peras con amor.
domingo, 9 de noviembre de 2014
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