El aire fresco me transportó de nuevo a un recuerdo, las mujeres que hemos conseguido amar intensamente y que hemos fracasado solemos convertirnos en mujeres prudentes, yo descubrí años después que esto no era tan importante digamos que no se trataba solo de eso sino que además había que ser hábil.
Una especie de sexto sentido con el cual sabemos cuándo un hombre nos miente, y no solo teniéndole frente a frente, sino leyendo un sms, escuchándole al teléfono etc... yo me hice una experta en mentiras masculinas, las cazaba al vuelo, trataba de averiguar porque lo hacían.
Constantemente solía hacerme preguntas, muchas veces las respuestas a dichas preguntas las tenia delante en mi mismos ojos pero mi condición de mujer impedía que la viese, ya sabes esa condición en la que te niegas a creer que las cosas son tan sencillas os imples como parecen...
Con el transcurso del tiempo, las heridas se sellan, no queda más que un débil recuerdo, es como esa pequeña cicatriz que es capaz de hacerte revivir instantes lo sucedido perooo que es imposible que te haga sentir el dolor ya que ha pasado un tiempo... a mi me sucedió lo mismo solo que ya no soy capaz ni de revivir ese momento.
Esa mañana unos meses después mi amiga Guada me pregunta como estoy, asiento firmemente con la cabeza respondiendo bien, quiero que sienta mi seguridad que no dude de mi respuesta, conforme con la misma me dice que estoy fenomenal, yo sé que es una verdad a medias, lo que reflejamos a veces no es totalmente lo que somos o como estamos, pero para mi las cosas a veces empezaban de lo que se vé desde fuera.
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