Llega un momento a los treinta y tantos en los que te vuelves obsesiva, como buena mujer has madurado lo suficiente para no tenerle miedo a nadie ni sentir pudor o vergüenza a la hora de decir las cosas a la cara, a mi me llegó ese momento repentinamente, me llega en un momento en el que abro todas las ventanas de mi vida y renuevo el aire....
No sé o no recuerdo muy bien como suceden las cosas, pero es como que una mañana te levantas y te deja de importar todo lo mas mínimo, algo así me sucedió a mi...me empecé a sentir como si cada día de mi vida fuese subida sobre unos zapatos nuevos, con una ilusión nueva, con la alegría del estrenar y el pensamiento de q donde iría y a quien se los mostraría.
Yo soy de ese tipo de mujer que cuando los hombres conocen suelen quedar sorprendidos y cautivados, pero esto tiene también su lado infame, como no puede ser de otra manera, a medida que los años han ido pasando me he desmotivado de los hombres, no los odio, pero si he de decir que ahora la atracción que siento hacia ellos es psicológica, me gusta analizarles, ver sus gestos, como se mueven, intentar delatar casi con lupa como si de una detective me tratara cuales son sus motivaciones, me he tirado mucho tiempo haciendo esto, y sé que me gusta, probablemente y debido a mis circunstancias no debería escribir un libro a modo de manual ya que lo más probable es que el primero que lo leyera riera durante meses a carcajadas, pero debo confesar que el hecho de redactar junto a Angie este blog me hace mucha ilusión me gusta, me encanta, me engancha de la manera mas natural y a la vez galáctica.
Entonces mientras he pensado de que experiencia os iba a hablar hoy me vino a la cabeza una persona que sigue mi blog, hombre y al que trato de conocer, siempre dicen que todas las reglas tienen su excepción, y sin duda este chico es la excepción menos común y mas a típica a la regla, O ha llegado con una fuerza y empatía a mi vida bastante desmesurada, no me atrevo a definir el perfil por que caería en la vulgaridad de utilizar terminología fuera de contexto e incluso lo que es peor hacer comparativas, el tiene cuarenta y un años, me tiene profundamente descolocada, su mundo bohemio en el que solo he entrado a observar cuando el me deja, su manera de pensar, sus vivencias, pareciera que el fuera de venus y yo de Saturno....
O no significa un ligue un hombre mas en mi vida, es como esa pieza que llega cuando casi completas el puzzle, por que yo siempre he creído que nadie aparece en la vida de nadie por nada esto no es así, pero trabajo es de cada cual buscar el sentido de las personas que llegan y de las palabras.
Ya os seguiré contando pero vamos el trabajo con O será duro y meticuloso, muchos entresijos....
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