Esas cosas que nos suelen quedar pendientes a los humanos, esas cosas que son delicadas y difíciles de decir, que creémos que provocan rechazo, las cosas del corazón.
Cerré un episodio en mi vida, escuché lo que toda mujer traicionada por un hombre necesita oír, yo si sé que soy más dama, lo sé .
Entonces la comparación que me vino por aquellos días a la cabeza era la del candado que cierras echando la llaves a un mar inmenso que harías para recuperarlas? vaciarías acaso el mar para tenerlo más fácil? pues yo sencillamente entiendo que hay cosas que son irrecuperables, normalmente cuando te traicionan cambian muchas cosas en tu estándar de pensamientos, yo dejé de creer en la palabra de los hombres, yo dejé de pensar en lo correcto, no es que no amara, lo hacía pero con estilo propio, sin miramientos, sin ataduras, me sentía libre cada noche, con cada mirada, con ese susurro con tu aliento sobre mi.
Con ese diálogo llega a su fin una etapa, la nuestra, con nuestros recuerdos, nuestros momentos.... una etapa que se cierra par dar paso a otras, para aprender, para caer y levantar, para sopesar y vivir nuevas experiencias, no me anclo a nadie una vez lo intenté y no funciona, todo decae, se derrumba....
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