jueves, 18 de septiembre de 2014

Adiós Jaime....

Jaime, ahora ya me hice a la idea de que nunca más estarás en nuestras vidas, ahora si me tengo que tragar que te has ido, para siempre, aunqeu suene a tópico te llevas un pedacito de mi, aunque uilizo un diminutivo tu bien sabes que es cuestión de manías, me gusta hablar asi, siento que emano ternura, hace dos semanas que recibo esa llamada, paralizante, punzante, dolorosa, increíble... ya han abierto esa cortina de terciopelo en color vino, ahora te miro tras un cristal, inerte, inmovil, metido en una caja, con una pequeña ventanita que nos enseña tu rostro, sonriente, con paz, madré mia el escalofrío indescriptible recorre mi cuerpo, la cruel realidad, te veo miro cada segmento de faz, recuerdo nuestras bromas, nuestras risas, esas peleas cuando yo no te complacía, recuerdo las navidades, en mi casa, nuestros gritos, mis consejos que pasajeros fueron en tu vida.... siento que algo ha cambiado para siempre, entro en la ironía de que pensaré en ti de manera no terrenal.... sonrío es una antitesis todo...
Me falta el aire con esa imagen, salgo de esa sala porque necesito respirar, frente a unos cedros, un precioso parque, ojalá lo pudieras ver... el grupito se ha sentado a mi lado, tu no querrías tristeza ni siquiera en tu funeral, todos contamos anecdotas, tengo tantas que no sé cual contar, mi hermano habla de la moto que tenías en el lavabo de tu casa, nos reimos, que desastre, Lidia tu compañera del camino no ha parado de llorar, la miramos recelosa, ella debió actuar, no lo hizo y consecuencia ahora no estas.
Siguen pasando las horas, me empiezo a inquietar tu tio Nico me lleva a elegir flores para ti, me hace un comentario y ahi arranco a llorar, como una niña a la que quitan su manjar, tu tio me abraza y me recuerda al oido que todos necesitamos llorar, que tu eras muy joven, que esto sucedió sin nosotros esperarlo... siento una angustia, necesito que el sepa que la gente como yo te aceptamos tal cual, entonces recuerdo esas discusiones matinales en las que me decías si no me ayudas a tal no quiero saber más de ti, ains un sin remedio pensaba en mi interior, sonrio levemente, esa sonrisa forzada a modo de obligación...
Cuando después de la misa te llevamos al foso, aqui llega el momento del autentico adiós, no dudes nunca Jaime de que marcastes nuestras vidas con plomo, no olvides que nosotros no dejaremos nunca de nombrarte, de recordarte, de hablar de tus cosas, esas que aun siendo pequeñas te hacían grande, nuestra amistad fue incondicional, te aceptamos siempre tal cual, con tu caracter, con tu manera tan peculiar de entender la vida, ahora te nos vas, nos dejas un hueco imposible de rellenar...
Hasta siempre Jaime....

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