A mis treinta y pocos, sentada en mi coche averiado, no he podido evitar el llanto en esta mañana casi otoñal, aunque mi madre al otro lado me insiste en que todo tiene solución, con ello ya contaba, de hecho desde que tengo diecisiete.... mis lágrimas tiene otro sentido, no caen simple y llanamente por ese coche, obvio, mi reflexión es porque una y otra vez los hombres se empeñan en tener ases en la manga y no dudan en ir dando palos de ciegos, porque descolocan este puzle de la vida que tanto me ha costado montar, me siento oprimida como ese pajarito encerrado de por vida en una jaula, que sabe que esta preso, y que mirando a través de las rendijas de su jaula sabe que ahí fuera esta lo que anhela la libertad.....
Llevo una hora, leyendo tus mensajes mamá, he caído en la cuenta de que nunca he publicado nada y supongo que es porque no encontraría términos útiles que describan fielmente como yo te veo, a parte de que no podría ser objetiva al hablar de ti, sin duda en mi vida uno de los preferentes de mujer es sin duda Cleopatra, esa mujer jefa y sensual, seductora sin pretextos.... pero mi madre no es asi, mi madre es una mujer fuerte, muy fuerte, una mujer osada, que se atreve con todo, dura que no se derrumba por nada, es una mujer vital, temperamental de las de carácter, que saben manejar con tranquilidad y templanza todo tipo de situaciones, ha sido una madre equilibrada, se ha esforzado en todo por nosotros, ha sido trabajadora, buena mujer y aunque no soy mi padre entiendo que buena amante no conozco muchas que pongan su cuerpo para varios embarazos.
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