existencialismos

Saqué del armarito de la cocina el bote de mis vitaminas, unas capsulas moradas, me costaba tanto tragarlas....
Recordé entonces las frasecitas que había tenido que escuchar cuando estudiaba filosofía, esas frases metódicas, entusiastas progresistas de filósofos nacidos en alguna parte del planeta que gastaban sus horas en filosofar como si de invento importante se tratase, en cierto modo debía ser importante la herencia que nos habían dejado ya que sino no nos obligarían a entender lo que se les pasaba por la cabeza.
Llené un vaso de agua y me tomé la susodicha cápsula, me llevaba un tiempo cuidándome mucho, me mimaba constantemente, cuidaba mis rostro con cremas buenas, me iba pronto a dormir, en fin una serie de cosas que los humanos solemos descuidar con el pretexto de que no tenemos tiempo, y yo había decidido desde hacia un tiempo que si era para mi iba sobrada de el.

Recordé entonces como si de una sombra se tratara a ese hombre, sus manos, me apasionaba, saber que yo había tenido la oportunidad de conocerle me hacia sentir excepcional, su manera de hablar, de hecho podía escuchar sus palabras, frente a frente.... sentía sus húmedos besos, su manera tan especial de cogerme las manos, me estremecían sus susurros misteriosos, era tanto lo que me daba que a veces absurdamente me preguntaba si mi corazón resistiría al daño si el algún día desapareciera dejando asi los daños colaterales insanos.

Leí un último mensaje, me apresuré a entrar en la ducha, como cada mañana necesitaba que esas gotas de agua como formula mágica me hicieran sentir el placer y el gozo, me había vuelto sensitiva, muy sensitiva. Y con una frase narcisista en mi cabeza marché esa mañana a comenzar mi rutina "Ir caminando por la calle y ver obras de arte cuando te reflejas en un espejo....".