Alzaba mi copa de vino, bebía sorbos tímidamente, entendía el lenguaje de las miradas, esos ojos brillantes oscuros entre abiertos que hablan sin decir nada, leer entre líneas se había convertido en mi juego... A veces tenía esa sensación de que querer entender cosas que eran inentendibles, pero había ido avanzando, ya no resolvía esos enigmas que me resultaban muy complicados, iba controlando cada unos de mis sentimientos, era más racional, más adulta.
De repente preguntastes algo relacionado con sentimientos, hablabas de futuro, de planear, debo ser sincera mi corazón con esas conversaciones no daba un vuelco, me aterraba la idea de hablar de futuro, me aterraban los sentimientos, yo tengo esa imagen del pasado grabada en mi mente como si a fuego candente lo hubiese hecho, yo no tenía un corazón normal, tenía las artes amatorias de las geishas, pero sin ser sumisa, era a mi manera, me extrapolaba de los sentimientos, podía tener noches lujuriosas sin remordimientos, podía sentir pasión sin anclarte a mi vida, tu no sentías eso, tu querías más ... ya no te conformabas con mis tiernos besos, pasionales, ardientes, ansiabas mi cuerpo, querías tener una atadura emocional y para mi era como si me pidieses el cielo... imposible!
De repente y mientras comía en silencio, me daba cuenta casi a hurtadillas que me mirabas atento, observabas mis gestos, mirabas mi rostro sin perder detalle, me sentía admirada, presentía que no querías que se acabara ese momento, me daba una tristeza entender que tu si tenías sentimientos.... era como esperar lo que nunca pasaría, o tal vez si me dije para engañarte y reconfortar aquellos pensamientos...
Acaba el día, me siento en el sofá de mi casa a oscuras y suena mi teléfono, eras tu, ahora mi confidente, años mayor que yo, vivido, experto cazador cazado en algún momento, y yo en poquito tiempo había confiado en ti, tu resolvías algunas dudas, tu escuchabas ajeno mis relatos, opinabas libre, eras sincero, hablamos largo, después de contarte mi experiencia, la que acontecía en esos días tu turno llegó, resumistes algunos momentos, esas cosas que te había ido sucediendo casi sin quererlo
si vieses mi cara!... Me gustaba hablar contigo me sentía muy cómoda, pero de ti aún me hago preguntas, muchas preguntas, yo estaba viviendo con estos años menos lo que tu ya habías vivido en tu momento pero sentía que ambos estábamos en un mismo punto de encuentro, eras alguien tan afin...
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