miércoles, 8 de octubre de 2014

Ilusionismos!

Cuando crees ver cosas, en realidad esas cosas no están delante, son ilusionismos creados por un señor capaz de hacerte ver lo que el quiere que veas, así hay muchos hombres en la vida, se dedican a engatusar a señoras, a llevarlas a su terreno para hacerlas ver o sentir lo que ellos quieren por que saben que es en cierto modo lo que a ella le mueve y le gusta...
Yo soy una amante empedernida de la realidad, de las cosas que suceden, como si de una reportera se tratase me gusta contar las cosas a pie de campo para no olvidar detalles y ser lo más objetiva posible, aunque también es verdad que como buena dama también me gusta imaginar, esas cosas que a todas las damitas nos gusta, es decir que nos amen, que nos cuiden etc.
Esta mañana hace fresco, ese aire es está colando por una rendijita de la ventana que da a la mesa de mi comedor, alguien me recuerda al otro lado del teléfono que me quiere, es mi madre, al leer el mensaje también puedo recordar los incondicionales que somos las madres.... y no puedo evitar pensar por que los amantes no nos queremos con esa incondicionalidad, tal vez por narcisismo, por ego, por que nos idolatrizamos no siendo nada...
Este cielo que veo al levantar la vista luce gris, a mi me gusta el invierno, me gusta pasear cubierta por prendas que entre dejan ver mi silueta afinada aunque no tanto como los años previos a mis embarazos, parece que en breve lloverá me digo a mi misma, aunque presto atención no me preocupa en exceso. Recuerdo entonces a ese amigo de la infancia S, un chico gordito y sin complejos, alegre como el que más y que ha sido capaz de encontrar la felicidad en las cosas más sutiles, sonrío porque junto a el he pasado muy buenos momentos, y porque ni los años han logrado que nosotros nos distanciemos, es esa amistad que aunque pasen años sin verle le hablas como si ayer le hubieses visto, una amistad pura, sencilla, libre de pensamientos.
Recuerdo las fiestas de su pueblo, mis risas, sus abrazos prisioneros.... Recuerdo esas veces que insitía en que los hombres no érais buenos...

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