En esa mañana recordé algunas citas leídas en los libros de literatura oriental que tanto me habían gustado, y me de repente un pensamiento que nada tenía que ver con estos misticismos arrancaron de mi cara una sonrisa natural que caracterizaba mi personalidad recordé ese tren antiguo en el que cartelitos de antaño recordaban a modo de obligación las normas de convivencia en ese tren, recuerdo que había un cartel que recodaba que no se debía escupir, otro que ordenaba no utilizar el sustantivo soez.
Mi reflexión dirigida a las antiguas costumbres que habían ido algunas cambiando, otras evolucionando y otras sencillamente desapareciendo.
Yo también he cambiado muchas cosas, actitudes, manera de ver las cosas, sin embargo tengo la sensación de que hay ciertos cabos que no logro cambiar, que no sé pulir,son las cuestiones del corazón. Entonces dudé de si se podía enseñar al corazón, si se podían modificar esas pequeñas cosas que diferencian el hacer bien o mal, es tan delgada la línea del dolor, el trazo, ese pequeño paso que puedes dar indebidamente para pasar de hacer feliz a alguien para hacerle infeliz...
Ese armario de mi casa con su peculiar olor a naftalina hace que al abrirlo y en esos momentos de paz recuerde mi infancia, algunas personas me preguntaban en ciertas ocasiones si se debía mirar para atrás, o si quizás lo mas acertado era levantar la frente y seguir el camino, yo siempre intento rememorar momentos de mi vida con el fin de terminar de sellar otros o enfocar el futuro de una manera entusiasta, yo sé opino que las claves están en el pasado, muchas respuestas de lo que no entiendes por ejemplo en una ruptura deberías buscarlas en las cosas que en un pasado hicistes, siempre hay un paso previo un antes y un después en ciertos momentos.
No me considero expresamente reflexiva quizás si muy metódica, soy de esas mujeres que cuando algo les funciona bien ya no van por otro camino, pero también debo reconocer que cuando algo me preocupa puedo estar meses pensando en ello.
Una de las dudas que tengo es como se puede aprender a reaprender de otra manera ya que la enseñada inicialmente no me gusta y no ha ido bien, aun sigo dándole vueltas a cual es la manera correcta, la exacta, la forma de no hacer daño sin complacer extramadamente a ese ser que tienes al lado y aunque a veces sin pensarlo o sin quererlo le dañamos no siendo este el fin deseado.
domingo, 19 de octubre de 2014
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